miércoles, 5 de agosto de 2015

Hoja Número 2: Comprender el «bullying médico».

“El peor enemigo de un médico es otro médico”.
—Dr. Alberto Jou Ontano.¹¹

La intimidación dentro de la carrera de medicina es un fenómeno que apenas está siendo reconocido como tal. Lo anterior se justifica debido a la invisibilidad entre las generaciones de antaño (formadas “a la antigua”) y la percepción del mismo como una cualidad “normal” por la cual, el estudiante de medicina –o bien, mientras se tenga una posición de inferioridad frente a otro–  se tiene que enfrentar tarde o temprano.¹²¹
¿Por qué entender el bullying médico ayuda a ser líder en medicina? Porque comprendiendo el contexto en el cual el médico se desenvuelve, se entenderá mucho mejor la idiosincrasia de la profesión y por ende, podrá mediar las emociones, a mantener una autoestima fluctuante en términos de la normalidad, evitar la depresión y el estrés laboral («burnout»), y así consecuentemente, estar con la suficiente disposición de dar lo mejor de sí. El médico no debe cometer errores, un error en medicina, una ciencia no-exacta, es lo menos valioso que existe en un hospital.
Las manifestaciones y repercusiones del bullying médico que recaen en los estudiantes de medicina, se hallan en la enseñanza de la carrera en situaciones como las siguientes:¹
·      Ser humillado por los médicos de mayor rango delante de los pacientes.
·      Ser victimizado por no provenir de una “familia médica”. (Es común que las personas que ingresan a la carrera de medicina posean un hermano mayor que persigue también dicha aspiración académica o compartan lazos con otras personas en la profesión en los cuales la relación familiar confiere cierto grado de proteccionismo o influencia especial – especialmente en el ámbito académico). Dichas prácticas se extienden a los procesos de admisión, que generalmente están influenciados por factores muy lejos de los méritos intrínsecos de los candidatos, tales como estar vinculados a miembros de la facultad o a luminarias médicas conocidas.¹¹⁸
·      Ser sometidos a presiones psicológicas para llevar a cabo un procedimiento sin supervisión.
·      Ser condenado al ostracismo¹ por otros estudiantes de medicina por hacer preguntas (debido al vasto y complejo conocimiento médico, que en alguna forma, resulta confuso para el estudiante inexperto) a través de las redes sociales, en teléfono o en persona.
Un estudio demostró que la facultad/escuela/división de medicina era donde los estudiantes fueron los más maltratados.² La intimidación se ha reportado también en estudiantes de posgrado.²¹,₂₂
Y en cuanto a repercusiones del ámbito laboral, hallamos las siguientes:²³²⁴


·      Insatisfacción laboral.
·      Estrés por el aumento del trabajo (bornout).
·      Reducción de la autoconfianza.
·      Ansiedad.
·      Deseo de abandono por el trabajo.
·      Altas tasas de rotación de personal.
·      Altas tasas de ausencia por enfermedad.
·      Disminución del rendimiento.
·      Menor productividad.
·      Pobre espíritu de equipo.
·      Pérdida de personal capacitado.
·      Poca retención del personal médico.


Los puntos anteriores igual me recordaron lo difícil que es la relación profesional entre médicos ya de base, incluso recuerdo una situación en la que un médico ‘α’ le gritó a un médico ‘β’, sólo por ¡cobrar menos! bajo el argumento de que reducía la plusvalía de los médicos.
En mi experiencia personal, los médicos son muy susceptibles a la crítica, cualquier crítica que no retroalimente en sentido de enaltecimiento o elogio, es un ‘duro golpe’ a su ego. Lo anterior siempre ha mermado a los médicos y los ha dividido o antagonizado desde siempre: los internistas vs. los cirujanos, el oncólogo vs. el ginecólogo, el hematólogo vs. el histopatólogo, el epidemiólogo vs. el infectólogo, por mencionar algunos ejemplos. Para ejemplificar lo anterior igual mencionaré cómo en el Movimiento Yo Soy Médico #17, sólo leyendo los comentarios de las notas digitales pude apreciar que en lugar de unidad, siempre hay disgregación entre la comunidad médica.²
La profesión médica no hace distinción al momento de las situaciones de bullying, ya que se busca la perfección y dominio del conocimiento, aunque ello represente un precio muy alto de exigencia deshumanizante. No obstante, las minorías raciales, así como las mujeres son más propensas a dichas circunstancias.²
Especial análisis amerita el bullying hacia médicos con una orientación sexual distinta a la heterosexual. En un estudio, se empleó la Escala de Actitudes Heterosexuales hacia la Homosexualidad (siglas en inglés: HATH), en la cual, el 23% consideró tener actitudes homofóbicas; en 4 áreas de especialidad médica (cirugía ortopédica, obstetricia y ginecología, medicina general / familiar  y cirugía) más del 30% de los encuestados demostró tener actitudes homofóbicas.²⁷
Según Burke y White (2001), las preguntas que l*s médic*s lesbianas, gays, bisexuales y transgénero-travestís-transexuales (LGBT) enfrentan cuando deciden hacer pública su orientación sexual son las siguientes:²⁸
·      Si decido hacer pública mi orientación sexual en la escuela de medicina, ¿afectará mis calificaciones o mi capacidad para que sea seleccionado en un competitivo programa de residencias?
·      ¿Voy a tener el apoyo de mis compañeros de clase o me relegarán?
·      ¿Puedo “ser” incluso un pediatra, un ginecólogo o un urólogo gay/lesbiana/bisexual?
·      Si me convierto en subespecialista, ¿mi apertura sobre mi orientación sexual afectará negativamente las referencias de mis colegas?
·      ¿Los pacientes me rechazarán?
·      ¿Puedo ejercer la práctica médica en un pequeño pueblo, o estoy relegado a una gran área metropolitana?
Los servicios de apoyo tanto a estudiantes como a residentes LGBT, aunque no en todas partes, parece estar creciendo en la anglosfera (países de habla inglesa). Una encuesta de 1994 realizada a 185 estudiantes de medicina LGBT, representando a las escuelas médicas en 34 estados de EE. UU., halló que el 70% de los estudiantes tenían un grupo de apoyo LGBT en sus escuelas; 9 escuelas tenían un enlace oficial para los estudiantes LGBT (comparado a sólo 4 en 1990).²
Un estudio estadounidense interesante realizado en 1994 que abarcó a 291directores de programa de residencia en práctica familiar y 67 estudiantes de medicina LGBT de 3er y 4° año se enfocó en actitudes que influyeron en la elección de la especialidad, entrevista para la residencia, y el ranking de los residentes. Setenta y un residentes expresaron que su homosexualidad afectó su decisión en la elección de la especialidad; 35 (52%) consideró que un estudiante abiertamente LGBT clasificaría como bajo en la lista de aceptación de un programa; menos de la mitad planeó revelar su orientación sexual durante las entrevistas; y 20 (30%) editó su currículum vitae para eliminar actividades o membresías que podrían revelar su homosexualidad. Las preguntas de la escala HATH se aplicaron a los directores de programas; 8% clasificaron en el rango homofóbico. (Algunos directores incluyeron comentarios como que la homosexualidad era un “defecto genético”, un “diagnóstico psiquiátrico”, o “una aberración.”) Una cuarta parte dijo que iban a clasificar a un candidato abiertamente LGBT con baja calificación; otro 25% opinó que la divulgación de la orientación sexual durante la entrevista era inapropiada. No es sorprendente que el 32% de los directores que habían tenido experiencia reciente con residentes LGBT en sus programas tuvieron puntajes de HATH más afables con la homosexualidad.30
En México, existen pocos o nulos estudios al respecto de los médicos LGBT, pero en mi experiencia personal, la situación es similar a la anglosfera con la diferencia de que no existen asociaciones formales como la Gay and Lesbian Medical Association (GLMA), con sede en Washington, DC y de la cual soy miembro estudiante activo gracias al apoyo de la Dra. Rebecca Anne Allison, médico cardióloga transexual, que amablemente me ayudó en la tramitología internacional para poder formar parte de una de las mejores asociaciones de las que me siento orgulloso en estar “dentro” y en un ambiente de cordialidad y buena estima.
Con humor homofóbico, comentarios sarcásticos discriminatorios de compañeros, segregación, favoritismos insinuados o abiertamente expresos en contra de colegas homosexuales, puedo decir que mucho les hace falta a los médicos mexicanos para entender que la diversidad en todas sus formas, también está presente dentro de la bata.

Entender el bullying médico en general, proporciona herramientas de inteligencia emocional, que en lo personal recomiendo siempre hacer un juicio de cómo reaccionarían las personas si…, el contexto y repercusiones de hacer o no. Es quizás la hoja del trébol más complejo y difícil de lograr en esta lista. Ahora nos enfocaremos al contexto nacional del sistema de salud y su liderazgo particular.

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Nota: Una copia del archivo original del ensayo puede ser consultada y/o descargada aquí: Link.

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